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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Hola, lo siento


Era un día gris, en el cielo no se veía el sol, el ambiente parecía acompañar la tristeza que en ese entonces nos embargaba a mi familia y a mí, en ese clima se hacía más intensa la pérdida y la soledad. El saber y ver que alguien faltaba en mi hogar, que faltaba mi padre hacía que me sintiera vacía, que sintiera que necesitaba de su consuelo, pero él no estuvo ahí. Era el inicio de un día de clases tan esperado por ambos, pero ya no lo era más para mí.

El día transcurrió y retorné de la universidad. Era de noche y ya todo estaba ordenado de acuerdo con la ocasión. La nostalgia y la tristeza me invadieron, vi a todos vestidos de negro en mi casa, vi sorprendida que llegaron algunos de mis viejos compañeros del colegio. Me acerqué tímidamente y los observé acercarse hacia a mí y abrazarme uno por uno. Les di las gracias por su apoyo y compañía. Hasta ese momento no lo había visto, no me había percatado de su presencia, pero él fue uno de los últimos en saludarme y darme sus condolencias por mi trágica pérdida. Era él, no a quien yo esperaba ansiosamente, sino a alguien que formaba parte de mi pasado, alguien a quien yo trataba de no encontrar, con quién no pensaba hablar nunca más.

Aún sorprendida de que él estuviera ahí, le di las gracias por haber venido y fui a saludar a mis otros familiares. Después de media hora volví a ir hasta el lugar donde mis compañeros se encontraban y me dediqué a conversar con ellos acerca de qué es lo que habían hecho en todo el tiempo que no nos habíamos encontrado. Luego cuando los temas de conversación se iban acabando recordábamos el motivo de su presencia en mi casa. Así que cada uno se dedicaba a darme ánimos y él nuevamente me sorprendió diciendo que yo era una persona que sí podía salir adelante, que él lo sabía. Sentí que sus palabras eran como las de las demás personas y que las hubiera apreciado tanto, si es que me las hubiera dicho ese alguien a quien yo esperaba; sin embargo, quedé bastante extrañada de escuchar ese tipo de palabras por parte de él. La noche seguía trascurriendo y todos mis compañeros tuvieron que retirarse y él también, así que lo último que le dije fue gracias, lo único que le dije esa noche cada vez que me daba ánimos.

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