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domingo, 26 de agosto de 2012

Mi experiencia al redactar un texto




El escribir bien siempre ha sido y sigue siendo uno de los requisitos indispensables para ser un profesional, debido a que la redacción resulta ser un medio para expresar nuestras ideas, sentimientos y emociones. Sin embargo, se piensa que no todos poseemos la misma habilidad para componer textos y esto se debe a que existen diversos prejuicios, supersticiones y juicios erróneos acerca del tema y no al hecho de que sea imposible aprender a diseñarlo.

En este pequeño texto les contaré mi experiencia al redactar y lo que pienso acerca de las barreras que se presentan al escribir y lo que hago o lo que aún no he hecho para superarlas. Como primera barrera para el aprendizaje de la composición de un texto les puedo mencionar la común creencia de que un buen texto debe poseer una gramática perfecta, una puntuación y ortografía ideales. No es falso que este aspecto sea importante, ya que por ejemplo en mi caso siempre me preocupé desde el colegio por conocer este tipo de reglas de nuestro lenguaje, pero también descubrí que este aspecto sirve de apoyo para que el escrito sea comprensible para el lector, pero que no es lo fundamental. Lo mismo sucede con la complejidad de las palabras, no es necesario emplear vocablos cultos para transmitir una idea. Cuando leía un texto complicado pensaba en que, definitivamente, se podría expresar lo mismo con palabras simples y sencillas.

Algo que usualmente trato de no olvidar cuando escribo algún texto es revisarlo, y lo suelo hacer cada vez que culmino un párrafo. Es indispensable observar si es que lo que se ha avanzado es coherente o es que falta adicionar o quitar alguna idea. Y esto lo hago porque he aprendido que un buen escritor no es aquel que improvisa, sino aquel que ha hecho muchos borradores de su texto para así luego alcanzar el éxito en la versión final. Por eso, antes de escribir organizo mis pensamientos, y en ocasiones desarrollo un esquema, las cuales sirven como la base de mi trabajo. En mi diagrama mental o escrito incluyo las ideas que deseo desarrollar ya sean estas principales o secundarias, los detalles y temas que incluiré.

Una vez que he iniciado la redacción de mi texto, no descarto la posibilidad de que el esquema que realicé pueda ser modificado. Es bastante probable que en el desarrollo de investigación acerca de un tema descubra que he obviado aspectos importantes o que he incluido otros irrelevantes y que el orden que establecí al principio no fue el ideal. Mientras voy construyendo mi ejemplar me preocupo de que sea relevante, fundamental y esencial lo que escribo.Me sucede en ocasiones que encuentro información bastante interesante que me gustaría que los que leyeran mi texto supieran, pero tengo que abstenerme de incluirlas porque escaparían de mi tema. Así lo que trato de conseguir cuando redacto es que el texto llame la atención del lector mientras va revisando mi escrito, y no tanto que lo motive inmediatamente.

La justificación más común que se da cuando uno no puede redactar: “No estoy inspirado” y también la he usado, pero no para referirme a que exista magia para escribir, o musas inspiradoras, es decir, no creo que las ideas provengan de una fuente desconocida, sino considero que estas provienen de nuestras experiencias, de lo que aprendemos en las calles, en las aulas y de los libros, o de cualquier otro medio de conocimiento. Cuando menciono que no estoy inspirada intento expresar que en ese momento no poseo los ánimos para iniciar el proceso de redacción de un texto, pues mi mente no desea trabajar en ese proyecto, ya que redactar un texto implica trabajo y no que las ideas broten espontáneamente.

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