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jueves, 30 de agosto de 2012

Leer o no leer. Sobre identidad en la Sociedad de la Información



El mundo de la lectura al igual que el mundo de los sonoro o auditivo esconden un sinfín de enigmas, puesto que a través de estas dos vías podemos conocer las cosas materiales y reales o inmateriales e imaginarias (los objetos, las personas y sus ideas, experiencias, emociones y sentimientos). Cuando leemos descubrimos una nueva fuente de conocimiento, la cual nos ayuda y permite tener nuevos conceptos y percepciones de algo que no conocemos o que conocemos poco. Las lecturas previas junto con las otras experiencias de conocimiento serán la fuente de inspiración de alguno de nuestros escritos, ya que estas permitirán agigantar nuestro pequeño mundo. Es por ello que si existe una relación de causa-efecto al momento de escribir; sin embargo, esta relación no se da con respecto a la felicidad, puesto que esta palabra implica más complejidad de aspectos y no simplemente a la lectura y escritura, pero sin duda es cierto que resulta extremadamente complejo deslindar la lectura de la vida.

En el tránsito de lo oral a lo escrito se pasa también a vivir una experiencia distinta es como  " un nuevo organismo en donde todo se reordena a partir de la recién llegada realidad" (Mora: 2010). En el momento en el que empezábamos a conocer las cosas a través de lo que escuchábamos como por ejemplo un cuento, nuestra mente se dejaba llevar por la imaginación y reproducíamos en nuestra cabeza la historia que se formaba a partir de las letras que escuchábamos. De modo similar ocurre cuando cogemos un libro, puesto que las palabras nos transportan a otra realidad,  a un mundo de ideas, y es así que descubrimos que la lectura siempre estuvo allí y que es " un mundo de luz, de conocimiento, y de alguna germinal libertad"(Mora: 2010). De esta forma descubrimos que las palabras forman una colección de realidades, y nos damos cuenta de que muchas de las primeras palabras que aprendimos pueden encontrarse con otras para así convivir en armonía, para crear un sentido completo. Después de que se redujeron las ilustraciones, aparecieron los párrafos que son como unos muros de palabras que esconden detrás un enorme mundo de imaginación. Así que tanto las silabas, las palabras suben al aire y flotan para luego forman un enorme castillo o una esplendorosa figura que luego encontramos plasmados en la lectura, es así como parece funcionar nuestra mente cuando redactamos algún escrito, puesto que nuestra mente va seleccionando y creando una idea tal y como lo hacen los artistas.

En el texto que leamos también encontraremos metáforas; es decir, un mensaje que al ser leído literalmente significará poco o nada, pero si al cual lo interpretamos según el contexto en el cual fue escrito y de la experiencia de otros textos o de la realidad misma hallaremos un significado que se encontraba latente. Así por ejemplo en la metáfora: " Hay dos formas de llegar a un lugar. La primera de ellas consiste en no salir nunca del mismo. La segunda, en dar la vuelta al mundo hasta volver al punto de partida"; se puede interpretar según la lectura que para avanzar en el proceso de construir nuestra vida podemos coger dos caminos, pues si bien es cierto que una persona tiene ideas y perspectivas de algo estas pueden seguir simplemente siendo las mismas o pueden comprobarse, reafirmarse o reforzarse si es que investigamos, indagamos y leemos acerca de ese tema. Esta interpretación parte del contexto de la lectura; sin embargo, esta metáfora puede ser entendida o leída de diversas maneras, eso depende del tipo de lector y del contexto en el cual la metáfora se encuentre presente.

El significado de leer resulta ser una pregunta, aparentemente, tan sencilla. Sin embargo, esta interrogante encierra mucho de la perspectiva de cada persona. Así para José Manuel Mora Fandos leer significa entrar a un mundo distinto a uno ideal, en donde se descubren nuevos conocimientos; para este autor es un lugar de goce que conduce a la felicidad, ya que la lectura y la escritura lo ayudan a llegar a este fin último. Mi perspectiva es similar, ya que considero la lectura como un medio para conectarse con la imaginación,  ya que cuando lees algo que parece interesante empiezas a crear las situaciones e imágenes en la mente y es como crear un pequeño cuento.
Un tebeo, una palabra que representa a ese algo que le encantaba y emocionaba revisar al autor del “Leer o no leer. Sobre identidad en la Sociedad de la Información" cuando él era un niño son esas revistas infantiles de historietas acompañadas de dibujos, los que son los compañeros que nos sirvieron o aún nos sirven para descubrir y aventurarse en el mundo complejo de la lectura. Es así que los tebeos son ese conjunto de pequeñas y sencillas historias que podemos llevar de un lado a otro para así luego poder iniciar la lectura de una biblioteca sin fin; es decir que los tebeos “sin nosotros saberlo, han estado ahí laborando calladamente su proyecto” (Mora: 2010). En mi caso, estas sencillas formas de lectura llegaron a mi vida como producto del aprendizaje escolar; sin embargo, no causaron un efecto impactante, ni maravilloso como en el caso del escritor Mora, pero si me ayudaron a saber que existe una realidad reflejada en las letras de los textos, muchas de las cuales aun me faltan descubrir y que sé que debo empezar a conocer algo de ese mundo que parece infinito.



Mora Fandos, José Manuel. Biblioteca Nueva, Madrid, 2010. Páginas 11-34. Capítulo I: “Historia antigua”.
   




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