La
escritura puede lograr que algo cambie en nuestra sociedad; sin embargo, el
resultado no se da de inmediato. Y este hecho es el que desalienta a muchos de
los redactores, pues la principal restricción de la escritura es que esta solo
en pocas ocasiones logra influir en la gente, debido a que se requiere de
tiempo para que algún pensamiento sea adoptado por la conciencia del receptor.
El
efecto que la escritura pueda producir no solo depende de la destreza del autor,
sino también de la interpretación y apreciación del lector, quién de acuerdo con
la realidad en la que se encuentre le dará un grado de importancia a lo que es
planteado en determinado texto. A pesar de esta dificultad de persuasión, la
escritura ha logrado varios avances y cambios positivos en vías de un mundo mejor.
De este modo, con la escritura se pudo saber acerca de la existencia de los gulags
y de los campos de concentración, se destituyeron varios regímenes criminales y
autoritarios. Como prueba de lo trascendental e influyente que puede resultar la
escritura están los datos históricos acerca de la quema y prohibición de libros,
las múltiples condenas y asesinatos de escritores.
Además
hay que ser conscientes de que la escritura también es utilizada como un medio para
empeorar la sociedad. Así lo hicieron los seguidores de Hitler, quienes
escribieron con un tono xenófobo y fanático, basados en el fundamentalismo y el
racismo. Hechos como estos nos recuerdan que si bien es cierto que cada vez
existen más textos aún no se ha logrado disminuir la cantidad de temores y
conflictos que se viven en nuestro planeta. Pero también nos percatamos de que
esta situación no resulta ser suficiente motivo para que se deje de escribir,
ya que no podemos negar que la escritura puede conseguir serios cambios, aunque
sean pocos. Por eso no se debe renunciar al aporte de ideas a través de la
redacción.
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