Texto escrito en noviembre del 2011
Los primeros días de gobierno de Ollanta Humala no
estuvieron cargados de crisis ni de caos como muchos pronosticaron, ya que se
decía que el país quedaría sometido por un discípulo de Chávez. La gestión y la
cautela con las que nuestro actual jefe de gobierno ha manejado los múltiples
casos públicos ha sorprendido a muchos, pero no ha colmado todas las
expectativas. Las principales promesas que Humala realizó durante su campaña ya
se vienen ejecutando. Tal es el caso de la creación del Ministerio de
Desarrollo e inclusión social, el aumento sustancial de la
contribución de las empresas mineras a través de un acuerdo de consenso, se ha
avanzado en las negociaciones para dedicar de manera exclusiva las reservas de
gas del proyecto Camisea al mercado interno peruano, se empezó con el proyecto
de pensión 65 en el distrito de Yauli, en Huancavelica y además se inició la
implementación del programa ‘Cuna más’.
A pesar de los avances en la realización de proyectos,
no hay duda de que en el gobierno que dirige Ollanta Humala hace falta mayor
organización y el planteamiento de estrategias especificas para que los
objetivos del presidente se cumplan. No solo se trata de que el gobernante
muestre buenos modales democráticos, sino también autoridad,
decisión, capacidad para fijar un rumbo y mantenerlo para que de esta manera no
se repitan escándalos como los de Anicama, Romero, Garcia Naranjo y Chehade.
La
popularidad del presidente es de 62% según un sondeo de la consultora Ipsos
Apoyo divulgado en octubre, superior al 59% de popularidad que tenía su
antecesor Alan García (2006-2011) al cumplir 100 días de gestión y al 42% de Alejandro
Toledo (2001-2006) en el mismo período. El que la aprobación de la gestión de
Humala sea mayor a la de sus antecesores nos indica un respaldo de varios
sectores sociales del país, pero no una aprobación contundente. Y esto
posiblemente porque los diferentes grupos de la población sienten que no existe
una tendencia a beneficiar un sector económico sobre otro, y es quizá, ese
equilibrio - si es que se mantiene- el que pueda lograr el desarrollo competitivo de todos los
ciudadanos peruanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario